Humildad

El alma expresa la frecuencia del amor procedente de la Primera Fuente. Ése es su propósito más importante, mientras reside dentro de un instrumento humano, para hacer circular esta delicada y sublime frecuencia de amor hasta el instrumento humano. No será una sorpresa que esta frecuencia encuentra una mayor colaboración por parte del corazón que de la mente. La Humildad es darse cuenta que el corazón, la mente y alma se co-asocian en la gracia de la Primera Fuente. Que su mera existencia es sustentada por medio de la dispensación de amor desde la Primera Fuente del mismo modo que con seguridad un árbol es sustentado por la luz del sol.

En los materiales religiosos, psicológicos y filosóficos de nuestro planeta existe una gran consideración otorgada a la mente. Como piensa un hombre así es. En un nivel más granular, muchas personas creen que lo que ellos piensan causa sus sentimientos, lo cual a su vez crea su tasa vibratoria y esta tasa vibratoria atrae sus experiencias de vida. Así, aplicando esta lógica, la manera de atraer las cosas buenas dentro de nuestra vida es pensar correctamente, para no atraer maldad o situaciones difíciles.

La humildad entiende que el ser que te representa a ti –tu entidad más completa— no esta constituida por una reacción en cadena de la mente. Sino más bien, que es la presencia del amor encarnado en una forma humana, y este amor se expresa así mismo en las virtudes del corazón, en el intelecto puro de la mente contemplativa, y en los trabajos co-creativos del corazón, mente y alma. La humildad es la expresión de esta frecuencia de amor sabiendo que se deriva de lo que ya existe en una dimensión superior, y en esta dimensión el amor no es una cosa de pesadez sentimental y emocional. Es una fuerza liberadora que actúa de acuerdo a los arquetipos de la Primera Fuente. Todo es uno. Todo es igual. Todo es divino. Todo es inmortal.